Según un estudio, la incidencia de enfermedad celíaca aumentó de forma significativa entre 2012 y 2019, especialmente en adultos y ancianos. Paralelamente, los síntomas clásicos se hicieron menos frecuentes, mientras que ganaron peso las manifestaciones extraintestinales y las presentaciones no clásicas.
La enfermedad celíaca es un trastorno inmunomediado crónico con manifestaciones gastrointestinales y extraintestinales, asociado a los haplotipos HLA-DQ2 y/o DQ8. Revisiones y metaanálisis previos ya apuntaban a un incremento global con variabilidad geográfica ligada, entre otros factores, a la prevalencia de HLA-DQ2 y al consumo de trigo. Faltaban, sin embargo, estudios de tendencia que abarcaran todas las edades; este trabajo es el primero en España que analiza la evolución temporal incluyendo niños, adultos y ancianos.
Se llevó a cabo un estudio prospectivo en una región bien delimitada de Galicia, integrando atención primaria y terciaria y aplicando un algoritmo diagnóstico estandarizado. Entre enero de 2012 y diciembre de 2019 se evaluaron 19.564 personas con sospecha o riesgo, confirmándose 294 casos nuevos. Las tasas de incidencia se calcularon por grupos de edad (0-4, 5-19, 20-44, 45-64, 65-84 y >85 años) en intervalos anuales, expresadas como casos por 100.000 personas/año.
La incidencia pasó de 13,11/100.000 personas/año en 2012 a 20,92/100.000 en 2019 (IC 95 %: 6,8–15,5), con patrón alto y estable en niños y jóvenes, y casi triplicación en adultos y ancianos. En 178 pacientes genotipados, las frecuencias fueron HLA-DQ2.5 (77,53 %), DQ8 (6,74 %), DQ2.2 (6,18 %), DQ2.5+DQ8 (5,62 %) y no-DQ (3,93 %). Se observó una transición clínica desde las formas clásicas hacia presentaciones extraintestinales y no clásicas. El uso de serología de primera línea seguida de biopsia cuando fue necesario, dentro de un algoritmo estandarizado, respaldó la confirmación del aumento de incidencia en el periodo estudiado.