El aumento del uso de agonistas del receptor del péptido 1 similar al glucagón (aGLP-1), como semaglutida y liraglutida, ha generado preocupación sobre su seguridad en pacientes con afecciones gastrointestinales. Estos fármacos, utilizados comúnmente para el tratamiento de la obesidad, requieren una evaluación cuidadosa en personas con enfermedades digestivas crónicas.
En el caso de pacientes con enfermedad de Crohn, es frecuente el uso de esteroides para inducir la remisión, lo cual puede provocar un aumento de peso significativo. En estos casos, los medicamentos para la obesidad pueden ser útiles, pero su uso debe considerarse únicamente si la enfermedad inflamatoria intestinal se encuentra en remisión, previa evaluación por un gastroenterólogo.
Por otro lado, en pacientes con trastornos como la gastroparesia o el vaciamiento gástrico lento, los aGLP-1 podrían no ser la mejor opción, ya que podrían empeorar los síntomas. En estas situaciones, otras alternativas farmacológicas como la combinación de fentermina/topiramato o bupropión/naltrexona podrían ofrecer un perfil más adecuado.
En conclusión, es esencial comprender tanto la naturaleza de la enfermedad gastrointestinal del paciente como los posibles efectos adversos de los fármacos antiobesidad antes de iniciar un tratamiento. La consulta con un especialista en gastroenterología es clave para asegurar la seguridad y eficacia del abordaje terapéutico; nuestro equipo de profesionales de DI-EN Sevilla estará encantado de resolver sus dudas y acompañarle en su tratamiento.